Las construcciones en general, después de un sismo quedan en una situación muy delicada, en el caso de las viviendas, la mayoría de ellas si es que no se ha caído ya, corre el riesgo de hacer en un futuro muy próximo, por lo que deben de ser demolidas, otras posiblemente se puedan salvar, pero siempre y cuando se conozcan los daños y se haga una evaluación profunda de las mismas.
Esta hará que se tomen las medidas adecuadas en cuanto a la restauración de las estructuras afectadas .
Los resultados deberían de servir para que las constructoras puedan evaluar sus construcciones e incidir en las áreas más afectadas, de tal manera que en lo futuro se puedan construir edificaciones más solidas y más seguras para los habitantes.